
San Bernabé nació en la isla de Chipre. Sus padres eran ricos terratenientes. Créese que estudió en Jerusalén, en la famosa escuela de Gamaliel. Según la tradición, allí conoció a Saulo, el futuro apóstol de los gentiles. Algunos autores, entre los que se cuentan Orígenes y Clemente de Alejandría, lo incluyen entre los setenta y dos discípulos de Jesús; la mayor parte, en cambio, sostiene que poco hacía que el Señor había resucitado cuando ingresó como miembro de la primitiva comunidad de Jerusalén. Era primo hermano del evangelista Marcos. |
Ignorando su conversión, los apóstoles rechazaban a Pablo. Bernabé intercedió por su condiscípulo y lo presentó así: "Este hombre ama a Jesús". Y a partir de entonces, Pablo integró el grupo de los apóstoles. Por eso se ha dicho que uno de los grandes méritos de Bernabé consiste en haber descubierto el carácter y la religiosidad de Pablo y su vocación por las tareas apostólicas.
Bernabé fue enviado con Pablo a Antioquía a predicar. Su permanencia duró un año. Los dos amigos instruyeron y fortalecieron a la nueva Iglesia, integrada en gran parte por paganos, ganaron discípulos y los que los escuchaban perdieron el temor y comenzaron a llamarse cristianos. De regreso a Jerusalén, Pedro y algunos apóstoles decidieron predicar a los hebreos; Pablo y Bernabé se dirigieron en cambio a los paganos. Recorrieron ciudades, provincias, naciones e islas; sufrieron hambre y sed, padecieron persecuciones, pero sembraron la palabra de amor, justicia y paz en el corazón de los hombres.
Más tarde, Bernabé se dirigió con Marcos a Chipre. Se cree que también estuvo cuatro años en Milán y que allí fundó la comunidad cristiana y llegó a ser el primer obispo de dicha ciudad.
Un chipriota de nombre Alejandro escribió las llamadas Actas del martirio de San Bernabé, apóstol. En ellas refiere que el santo murió lapidado en el año 61. Se lo recuerda el 11 de junio.
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