viernes, 29 de enero de 2010

EXAMEN DE CONCIENCIA DE LA NOCHE


Haz, durante dos o tres minutos y antes de retirarte a descansar, un breve examen de conciencia. Ponte en la presencia de Dios, reconociendo su grandeza y tu pequeñez. Dile: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. Invoca a tu ángel custodio, pidiéndole que te ilumine para descubrir tus virtudes y defectos: lo que he hecho bien, lo que he hecho mal y lo que podía haber hecho mejor. Examínate con sinceridad: — ¿Me he acordado con frecuencia que Dios es mi Padre? ¿Le he ofrecido mi trabajo? ¿He aprovechado el tiempo? ¿He rezado con pausa y atención? — ¿He procurado hacer la vida agradable a los demás? ¿He criticado a alguien? ¿He perdonado? ¿He rezado y ofrecido sacrificios por la Iglesia, por el Papa y por todos aquellos que el Señor ha puesto cerca de mi? — ¿Me he dejado llevar por la sensualidad? ¿Por el orgullo? — ¿Qué propósito concreto querría Dios que hiciera para mañana? Contrición. Reza el acto de contrición pidiendo perdón al Señor. Propósito. Haz un propósito concreto para el próximo día: - Alejarme de ciertas tentaciones. - Evitar faltas específicas. - Esforzarme por practicar alguna virtud. - Aprovechar las ocasiones que se presenten para mejorar. Reza tres Avemarías a la Virgen Santísima, pidiéndole la virtud de pureza para ti y tus seres queridos. Duerme en la presencia de Dios.

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